Un cuadro caracterizado por el hurgamiento o pellizco compulsivo de la piel lo que da como resultado lesiones de la misma.
La persona percibe pequeñas imperfecciones o granos en la piel, particularmente en la cara, lo que gatilla la necesidad imperiosa de pellizcar la o hurgar la piel. Estas imperfeccione o granos en la piel pueden existir o no, lo importante es que son percibidas por el paciente y no pueden controlar su conducta, sintiendo malestar, ansiedad o angustia.
El tratamiento es necesario comenzarlo lo antes posible para que no genere lesiones importantes y además se cronifique.
El enfoque psicoterapéutico más efectivo es el cognitivo-conductual, en la medida que produzca malestar significativo, angustia o ansiedad en ocasiones debe ser medicado.