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Trastorno Dismórfico Corporal

Es un trastorno que consiste en una preocupación importante y fuera de lo normal por algún defecto percibido en las caracterí­sticas fí­sicas (imagen corporal), ya sea real o imaginado.

El Trastorno dismórfico corporal (TDC) (anteriormente conocido como Dismorfofobia) es un trastorno que consiste en una preocupación importante y fuera de lo normal por algún defecto percibido en las caracterí­sticas fí­sicas (imagen corporal), ya sea real o imaginado. Si dicho defecto existe, la preocupación y ansiedad experimentada por estas personas es excesiva, ya que lo perciben de un modo exagerado.

El afectado puede quejarse de uno o varios defectos; de algunas caracterí­sticas vagas, o de su aspecto en general (global) causando malestar psicológico significativo que deteriora su desempeño social o laboral, hasta el punto de manifestar sí­ntomas ansiosos, depresivos severos, el desarrollo de trastornos de ansiedad, aislamiento y exclusión social.

En algún momento durante el curso de la enfermedad, la persona ha realizado comportamientos repetitivos (por ejemplo, la comprobación de espejo, preparación excesiva, pellizcar la piel, o la búsqueda de tranquilidad) o actos mentales (por ejemplo, comparando su aspecto con el de otros) en respuesta a la preocupación por su apariencia.

Las preocupaciones provocan malestar clí­nicamente significativo o deterioro en las áreas social, ocupacional o de otro tipo de funcionamiento.

Muchos pacientes están completamente convencidos de poseer áreas del cuerpo que en su apariencia son anormales, defectuosas, feas, no-atractivas.

Estos pensamientos negativos, frecuentes e intrusivos, acerca de la apariencia, son firmemente mantenidos, de modo tal que, el paciente no puede obtener alivio al reconocerlos como inadecuados o sin-sentido.

Más aún, presentan ideas de referencia, ya que sostienen que los demás notan particularmente ese defecto, del cual ellos son absolutamente conscientes de poseer, rechazándolos y/o burlándose por su apariencia ("la gente al mirarme comenta para si lo fea que soy, lo dicen con sus ojos"). Aproximadamente, todos los pacientes con TDC, tienen conductas compulsivas relacionadas con las obsesiones. El objetivo de estas conductas es generalmente esconder, camuflar, chequear, eliminar o recibir reaseguro, en torno al supuesto defecto ("antes de bajar a desayunar me pongo base entre los ojos para disimular la profundidad de la nariz") ("me miro la piel hasta en los cubiertos de los restaurants cuando voy con mis amigas porque ellas me mienten sabiendo lo que sufro").

La frecuencia, intrusión, contenido y naturaleza cognitiva (obsesiva-sobre-valorada o delirante) de los pensamientos negativos relacionados con el TDC, no pueden ser debidamente neutralizados con los rituales, luego, conllevan siempre distrés y aislamiento social ("cuando me miro las manchas que tengo de este lado de la cara, necesito agarrar algo para arreglarlo, a veces necesito una tijera para escarbar bien").

A los ojos de mucha gente estos pacientes padecen de vanidad y narcisismo, sin embargo, se debería tener en cuenta la importancia que la sociedad le adjudica a la apariencia física, y el consecuente malestar que genera considerar que no se cumple con el estereotipo de belleza normativa.

Principales áreas corporales afectadas en orden de frecuencia:

 

  • • Rostro
  • • Nariz
  • • Lí­neas de inserción pilosa en la frente
  • • Labios
  • • Cutis
  • • Ojos
  • • Senos
  • • Genitales masculinos
  • • Caderas
  • • Muslos
  • • Músculos abdominales, de la pantorrilla, etc

 

En los Estados Unidos la prevalencia del TDC fue estimada en 0.1% a 1% en la población general (Hollander y Wong. 1995). El comienzo de la enfermedad es a los 14 años de edad en promedio, con una relación mujer-hombre de 1:1 o 2:1, según los autores.

Una forma de presentación del Trastorno Dismórfico Corporal es la Dismorfia Muscular, también llamada Anorexia Reversa o Vigorexia, se trata de la excesiva preocupación por el tamaño del cuerpo y la masa muscular.

En lugar de sentirse gordos y ser delgados, se trata de personas que sienten o ven su cuerpo delgado, flácido y poco desarrollado y la realidad confirma que sus músculos están excesivamente desarrollados y su masa corporal es demasiado elevada.

Este grupo de pacientes que padecen Dismorfia muscular se caracterizan por: estar completamente obsesionados por su imagen corporal; su vida transcurre completamente vinculada a la actividad fí­sica, al gimnasio y la musculación; su dieta se basa en alimentos que ayudan a desarrollar la masa muscular; consumen hormonas, anabolizantes, esteroides, creatinina y/o otras sustancias; están pendientes de subir de peso sobre la base del desarrollo muscular; sus relaciones personales son escasas, descuidan las amistades y se distancian de su núcleo familiar más í­ntimo; pueden llegar a rechazar las relaciones sexuales e, incluso, el más mí­nimo contacto fí­sico.

Las guí­as internacionales de tratamiento, al igual que numerosas publicaciones, recomiendan el tratamiento con inhibidores de la recaptación de serotonina en combinación con terapia cognitiva-conductual (TCC) como tratamientos de primera lí­nea, ya que en la mayorí­a de los pacientes con TDC, han demostrado ser eficaces.